Esta posición es conocida como “La Danza del Elefante”. Se llama así porque los alfiles, como el que protagoniza esta posición, son conocidos como elefantes en Rusia, de donde se supone que procede esta composición aunque su autor sigue siendo desconocido.
Según algunas fuentes, esta posición es en realidad un malogrado final de partida del gran jugador ruso Mijaíl Chigorin.
Aunque parezca difícil de creer, las blancas juegan y ganan.
Las negras tienen un caballo y dos peones de ventaja, los cuales, a primera vista, pueden lograr más fácilmente la coronación que el peón blanco en d7, aparentemente la jugada más fuerte de las blancas. Pero en caso de coronar inmediatamente en d8, sigue el obvio ataque doble del caballo en f7. ¿Entonces, cuál es la solución?
La solución comienza con el ataque directo de las blancas: 1. Cf6+.
Si las negras mueven el rey a la casilla h8, obviamente ganan las blancas coronando su peón en d8 con jaque. Si las negras juegan 1. …, Rg6; después de 2. Ah5+, Rxf6; las blancas de nuevo coronan en d8 con jaque. Por lo tanto, las negras sólo pueden ir con su rey a g7: 1. …, Rg7.
Tras 2. Ch5+, la jugada única es 2. …, Rg6.
Después de 3. Ac2+, el mejor movimiento de las negras es tomar el caballo en h5 pues mover el rey a f7 permite una vez más que las blancas coronen su peón en d8. 3. …, Rxh5.
Aquí las blancas, finalmente, coronan su peón en dama en la casilla d8. 4. d8D. Una brillante jugada, que luce paradójica después de 4. …, Cf7+; 5. Re6, Cxd8+; pero tras 6. Rf5, de repente, se teje una red de mate junto con el peón de g3, a la cual se une la amenaza de mate con 7. Ad1++.
La única forma de evitar el mate inmediato para las negras es avanzar su peón a la casilla e2. 6. …, e2.
Pero, tras 7. Ae4, las blancas amenazan mover 8. Af3++, por lo que la única forma de evitarlo es coronar en e1 un caballo, 7. …, e1C; el tercero de las negras en esta curiosa posición.
Las blancas hacen la gran jugada 8. Ad5, con la intención de llevar, vía c4, este elefante a la casilla e2.
Las negras mueven 8. …, c2; como un intento desesperado que, tras 9. Ac4, sólo sirve para coronar en c1, otro caballo, 9. …, c1C; el cuarto caballo negro para evitar la jugada 10. Ae2+.
Pero ni cuatro caballos pueden evitar el desenlace final tras 10. Ab5, que ahora amenaza dar mate con 11. Ae8+.
Si las negras intentan 10. …, Cc7; después de 11. Aa4, es inevitable el mate tras 12. Ad1+.
Mientras que tras 10. …, Cc6; sólo se retrasa el mate unas cuantas jugadas. Pues luego de 11. Axc6, (amenazando 12. Ae8++), sigue 11. …, Cc7; y después de 12. Aa4, llegamos al mismo mate inevitable en d1.
Fuente : http://www.edicionesma40.com/blog/la-danza-del-elefante.html
